jueves, 8 de enero de 2009

ANTES DEL FINAL (2)

Cada vez se funden más los pétalos distantes en el desierto; invade mi delirio de crecer, y mi cuerpo a veces suplicando; se pierde en la oscuridad de un pequeño comienzo. Y calmando mi sed se encuentra mi muerte, extraña y floreada, sin ánimos de comenzar. Sin bondad en el tiempo, no temo el olvido, no intento comenzar. ¡Ahora no!

Esta mañana desperté sin gana alguna de fracasar, con el recuerdo de Sofía y su espejo casi mortal; plegarias de domingo, causa de rezos.Para dar su mirada a la nada del llanto que acompaña cada remiendo a su cuerpo, que parece hecho de un trapo gris y marrón.
Mañana será inundada mi pesadilla y al terminar; será sellado el segundo, que ata mi sexo a su cuerpo; donde tras muchas mutaciones se toma mi silencio, y se ahoga en mi piel; él sobre el boton de mi blusa rosa y de velo carmín , se quedó dormido después de besar mi cuello el domingo atras del jarrón;Mientras yo encontraba para mi, una familia de versos absurdos, para no pensar en lo que ha desterrado su copa de champagne, él, amante de mi noche y delirante en mi diá. En la madrugada va; en busca de la hielera para sanar el caluroso invierno de su costado banal. Cirugía de pasos para callar la cristalina alberca de su palabra, donde; entre duraznos y seda han volado los minutos que cantan el final de las múltiples venganzas de la piedad de los dioses que se esmeran por llegar. A veces la película se rebobina y la letra se mancha de tanta sed que siente, Trás la cortina de humo los sueños se despojan de alegrijes entre los versos de su gloria.

Sólo sé; que me gusta el café con tres cubos de azúcar, espumoso y a veces con un poco de tequila, para asediar mis ganas de adormecer mis sentidos, entre el amargo dulce de la ironía y el balcón de su temor. Sola; sueño, entre la avenida 6, caminando por las mismas calles de olor a melancolía y alcoholes sucios, invadidos por mariposas negras encontrar una frase de aliento entre los dos; amantes negados por su traicionado pensamiento.
Estuve leyendo a Andrés;nuevamente, su recorrido por esa Cali centellante y destructiva, empantanada de sueños y salsa que me permite conocer la existencia de mi conversión, anhelando la infección matutina de cada trancón en la calle 5. Anunciando mis días para penetrar el calor de los sentidos. “Uno debe tener un límite de días hasta donde se pueda volver atrás y empezar a comerse los días perdidos, para terminar con una deuda de mil y de allí en adelante vivirlos completos.”Andrés Caicedo. Vivirlos completos, uniendo los pulgares para desenterrar el futuro, convertido en recuerdo para poder perdonar los errores marchitos de tanto perpetuar la unión perfecta entre la parodia y su vida.