martes, 25 de diciembre de 2007

SIN UNA PROMESA

Tan mestizo fué el encuentro
que las almas se fundieron
en un beso,
creyéndolo eterno;
sin darse cuenta
qué el adiós había comenzado.

La calle soleada de traición
fué testigo de las sombras ocultas
que llaman a las historias paganas.

Un trago de hiel fué la excusa;
para saciar el fuego
de los amantes eternos.

Muchas primaveras vividas
y ahora el invierno
se apoderaba del tiempo;

La seducción de su mirada;
ya no le bastaba,
las almas se perdieron
entre el tiempo congelado;
sin una palabra, sin una promesa.

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