(poema a dueto con Danilo Garcés)
Subamos nuestros pies desnudos
a la tarima negra de la noche
Amarra con tus dedos
mis pálidas manos.
Mi brazo (cinturón de tus caderas)
guiara tu cuerpo hacia el mío
Y me miraras a los ojos
y sonreirás tímidamente
Levantaras tu pálida
mano invitando a la mía
para comenzar la danza.
Resguardo mi piel de arena
al toparse con tus brazos
donde mis ojos se deslizan
en la profundidad de tu aliento
Palidez profunda de oro
encontrada con el roce
de tu abdomen
desnudo mi alma...
Danza que perturba
mis sentidos tiempo detenido,
ébanos profundos
de fugaces retornos
a hechizos de luna en calderas de piel.
Un giro para tus sentidos
mi boca refugiada entre
las pálidas columnas de tus piernas
y mis manos sosteniendo
mi cuerpo flotante
tú, encorvando tu felino cuerpo
alimentándome de ti,
con tu sonrisa cómplice
habitando mis entrañas
En un universo
de luces púrpuras y lirios caminantes,
olores a vino dulce
y entre la risa fortuita
de una caricia en los labios...
para saciar la realidad
en la fantasía de tu verdad.
Caminando entre tu voz,
mi manto se viste de un hechizo virginal
para extasiarme en tu palabra callada...