lunes, 22 de noviembre de 2010

Viena en el 231 (1)


(Viena se encuentra pensando en su vida en el balcón de su habitación, siente como el apartamento 231 es muy grande para ella y su soledad)


He pasado mucho tiempo en el silencio de mi degradación, la sombra de mi destrucción. Momentos del encuentro con mi miseria. Y es allí mismo cuando recuerdo las palabras de Helena “a veces hay que disfrutar de la melancolía y depresión “con letras que evocan a la sensación de tirarse en la cama viendo pasar el mundo. Escritos desde la profunda autodestrucción del autor, permitiendo que entren en mí y mis ideas se contagien de cual momentos de infelicidad y es allí cuando complazco mis (malos) hábitos y prendo un cigarro viejo; viendo pasar el humo sin sentir el frio que hiela mi piel en el invierno que se ha gestado en la casa, con las ventanas crujiendo del frio y olvidando la última vez que mi pelo se enredo entre tus dedos.

Mi mente empieza a volar entre los sonidos del techo, que se ha convertido en el hogar de los gatos que maúllan mientras los recuerdos se contraen en mi mente.
La risa aumenta entre las hojas que voy leyendo y aumentando las dudas sobre mi melancolía y mi cuerpo que se consume entre tus deseos. Llega la madrugada cuando todo ha quedado de lado y mi cuerpo se desviste y el silencio compadece sus vicios, mientras mi abdomen se contrae.

Olvidando lo aprendido y recordando lo desconocido; encontrarte en viejos caminos con palabras sin sentido. ¿Hasta cuándo? El año empieza a morir y con él, el tiempo que dejaste vencer en tu temor. Y en ausencia de vos dibujo el pedestal de mis dioses con su música de obras clandestinas y secretos de su piel.

Y es allí cuando amanece y vuelvo a aprender que tu presencia dura lo que un cigarro mojado. Pero, ¿Cuánto dura esta lección? –Hasta la siguiente noche – susurro. Olvidaré la traición a mi olvido y el frágil recuerdo de mis sentidos. En tu ausencia perforando los delirios para compadecerse de mi misma entre la melancolía del adiós de mi presencia.

Inventándote cada noche para avivar mi existencia.

No hay comentarios: