Perdiendo el látigo de lacias clementinas.
las cordilleras claman aves de invierno
hilos de seda verde,
humo manchado de grises oleos.
Pensamiento y mariposas
con sabores a hongos crujientes.
Desperté en el fuego cruzado de mi cuerpo;
y los amantes manchados
de gracias han recorrido mi danza perenne
Ombligos sedosos y chozas de duendes
que fuerzan mi vida en noviembre.