Hoy cuando desperté, no sentí el calor del sol, y cuando entre a la ducha el agua ya no refrescaba mi cuerpo. Así que decidí mirar mi cuerpo frente al espejo empañado y vi cuan marchito estaba y encontré que le faltaban fichas para ser completado.
¿Cuándo volví a morir? No me di cuenta; cuando deje de sentir y cuando saquearon mi cuerpo para llevarse las fichas que completaban mi pensamiento y mi paraíso carmín. Tal vez debí escuchar lo que estaba frente a mí en cada letra, o tal no preste atención por haberme hundido en una estúpida vida. Temí tanto morir, que ha pasado de nuevo, con hojas de pino selle mis labios y la voz silenciada entre el cuaderno negro manchado con anís, con formas de anestesias perpetuas y delirios del cigarro que quemo mi espalda.
Hoy; no creo que vuelva a vivir. Estoy tras un escritorio bañado en pecados de sangre, olvidos y sin custodia para mis oídos. Peque por mi palabra y ahora callar es mi condena… sentimientos ambiguos de pétalos rojos con olor a funeral siento sobre mi cuerpo.Mis manos vacias y un tenue sabor a tequila en el borde de mis labios ;sin esperanza y sin desprecio. Abro mis ojos e intento caminar, pero mi cuerpo esta tan adormecido con una pastilla mas, que me aterra no sentir su calor, su palabra y su pasión… Sin emociones he de navegar en medio del Limbo, intentando gritar.
Bañada de lava estoy para recordar, que una vez estuve y tal vez , quería que fuera al cielo para robar el sueño de sus ángeles y amordazar la boca a mi pecho para intentar callar; cuando despierte en la mañana y este tan ausente que ni los demonios se quieran acercar, comprenderé la lejanía que el destino me brindó.
Ahora tan solo el piano me acompaña burlándose de mí, su nostalgia tiene precio y la mía cadena perpetua, por ser tan frágil que se dejó vencer. Dejaría el vals correr su tonada, obligándome a estar inmóvil, si así pudiera encontrar la dulce ironía de su cuerpo al besar. Dejando conmigo la locura de amar entre gárgolas y Dioses que construyen la muralla de mi recuerdo por vos, una vida sin adiós.
¿Cuándo volví a morir? No me di cuenta; cuando deje de sentir y cuando saquearon mi cuerpo para llevarse las fichas que completaban mi pensamiento y mi paraíso carmín. Tal vez debí escuchar lo que estaba frente a mí en cada letra, o tal no preste atención por haberme hundido en una estúpida vida. Temí tanto morir, que ha pasado de nuevo, con hojas de pino selle mis labios y la voz silenciada entre el cuaderno negro manchado con anís, con formas de anestesias perpetuas y delirios del cigarro que quemo mi espalda.
Hoy; no creo que vuelva a vivir. Estoy tras un escritorio bañado en pecados de sangre, olvidos y sin custodia para mis oídos. Peque por mi palabra y ahora callar es mi condena… sentimientos ambiguos de pétalos rojos con olor a funeral siento sobre mi cuerpo.Mis manos vacias y un tenue sabor a tequila en el borde de mis labios ;sin esperanza y sin desprecio. Abro mis ojos e intento caminar, pero mi cuerpo esta tan adormecido con una pastilla mas, que me aterra no sentir su calor, su palabra y su pasión… Sin emociones he de navegar en medio del Limbo, intentando gritar.
Bañada de lava estoy para recordar, que una vez estuve y tal vez , quería que fuera al cielo para robar el sueño de sus ángeles y amordazar la boca a mi pecho para intentar callar; cuando despierte en la mañana y este tan ausente que ni los demonios se quieran acercar, comprenderé la lejanía que el destino me brindó.
Ahora tan solo el piano me acompaña burlándose de mí, su nostalgia tiene precio y la mía cadena perpetua, por ser tan frágil que se dejó vencer. Dejaría el vals correr su tonada, obligándome a estar inmóvil, si así pudiera encontrar la dulce ironía de su cuerpo al besar. Dejando conmigo la locura de amar entre gárgolas y Dioses que construyen la muralla de mi recuerdo por vos, una vida sin adiós.
