martes, 19 de abril de 2011

p!


La calle se ha desdibujado, los sonidos han quedado en el recuerdo y los pasos que transité son la causa de los desvelos del presente. ¿Cómo cambian las cosas con los años? ¿Cómo van creciendo los olvidos? Buscas plegarias intentando guardar el nombre que mantiene a la persona del pasado. Y así, escondiendo los secretos en la alacena del piso 32, me encontré con las piedras que pintan los errores que me han dejado las noches de insomnio y la canción que me permitió el olvido de quien soy. “Oggi è un altro sabato ed è un giorno azzurro sai Quanta voglia di stare con te e adesso è tempo del ritorno Mi si alleggerisce il cuore Riscaldando i pensieri miei Ora che sto per tornare Con il soffio degli lisei C’è un vento caldo che porta via la bruma”





En la mañana el camino alcanza el deseo postergado del sueño ¿Dónde queda el lugar de las desilusiones? –pasando el umbral bajo la sombra y en medio de las horas que precisan las noches, llega el sorpresivo ruido de la calle. Y la mujer en la que me convertí se perdió en los caminos del espejo. Y desde la fría mañana del 8 los disfraces han quedado en el sillón donde hablan los silencios del futuro que se transforma en pasto esperando sobre sus propios muertos. Para convertir los pecados en nacimientos permanentes...