lunes, 3 de mayo de 2010

Porque nada va a cambiar… … El incomodo momento de estallar y confesar [Largo, denso, difícil]

por: Nicolas Castro









Bueno,


Muchos me han preguntado qué fue lo que vi/viví. Muchas son las ocasiones para preguntar, ¿Cómo esta? ¿De verdad que las cosas en su casa deben ser mucho mejores, no? ¿Ya todo pasó, ya puede relajarse? Y, de verdad, lo juro, quisiera decir, “Todo está bien, ya todo acabo”, y no me refiero ni siquiera a la persecución insistente de la que soy objeto y que no ha terminado, y porque, mañana podría cometerse otro injusto error y en un acto inaudito podría volver a la cárcel, y en nueve años como se pidieron para mi, podría volver a salir de la cárcel, y podrían volverme a preguntar, ¿Ahora que salió, ya todo está bien? Y me temo, y en verdad no me gusta tener que decirlo, ni ahora, ni en nueve años, ni en diez, ni en doce, ni en veinte, ni en cincuenta, mientras las cosas sigan en tomando el curso que llevan tomando hace ochenta años, nunca jamás, podre decir con verdadera serenidad, “Si, ya las cosas están bien, ya todo termino”, porque los recuerdos no desaparecen, porque las certezas se mantienen cuando se han vivido en carne propia, y porque la experiencia se arraiga en lo más hondo como una voz insistente que se repite a cada momento, para mirar atrás, y no olvidar jamás, nunca, de ninguna manera, pase lo que pase, lo que fue estar ALLÁ, lo que significo estar en ese lugar, y estar seguro, que ese es el reflejo mismo de lo que subyace a esta sociedad, y que esa es la esencia misma de nuestra cultura y nuestra filosofía de vida [La humillación, la injuria, la calumnia, la violencia, EL ODIO], y que por ningún motivo jamás debo olvidar de ninguna manera lo que tuve que VER allí adentro, y porque jamás olvidare los nombres de quienes aun están allá, y de quienes por fortuna ya salieron –Y si, de cualquier forma, si es una fortuna- y porque en definitiva, la respuesta a esas diversas preguntas, muchas veces hasta ahora sin contestar, o contestadas con una sonrisa mediocre, o con un escueto “Si, obviamente”, en realidad, deberían ser contestada con un rotundo NO. Si, tal vez las condiciones en su forma más básica son mejores afuera. Si, ver a mi familia es un alivio y saber que ya no sufren es un aliciente para sobrevivir, pero, ¡CARAJO! ¿Es que nadie puede verlo hasta que cae en una cárcel? A mí me parece que no es tan difícil de ver, me parece que en la calle se respira ese ambiente, y que en todas partes se lo puede ver, y me parece que no se necesita ser perseguido y amenazado por la policía, ni se necesita ser perseguido y amenazado por la fiscalía, y no se necesita experimentar las consecuencias de dichas persecuciones y amenazas, es decir, caer al interior de la cárcel, para poder saber lo que significa ser ciudadano colombiano hoy en día, y lo que habita bajo la piel-fachada de nuestra sociedad. ¿De verdad no podemos verlo? yo creo que no es así , yo creo que, más bien, activamente lo ignoramos, activamente nos negamos la posibilidad de manifestarnos o de modificar nuestro entorno, negamos que la política sea otra cosa que la corrupción y el tráfico de influencias, negamos nuestra capacidad de actuar como ciudadanos de una democracia, y preferimos, negarnos a nosotros mismos, negar lo que vemos con los ojos y que nos rodea, y entonces, ahora que yo veo esto, y que me miro aquí afuera, y veo todo esto, incesantemente estallando por todas partes, con sonidos de voces malignas intentado disfrazar el horror por entretenimiento, intentando convencer a los hijos que vendan sus futuros por una sucia cochinada de ideología económica, cuando veo a los que se supone nos gobiernan propagando la enfermedad de la cultura del odio, yo pienso, ¿CUÁL TODO BIEN? … ¿CUAL TODO BIEN? ¿Sera que es necesario que todos vallamos a la cárcel para darnos cuenta de una manera tan vehemente de lo que es la realidad que vive este país? ¿De verdad preferimos conformarnos con vivir nuestras vidas ignorando todo lo demás, enclaustrados en las ciudades, tapándonos los oídos a lo que escuchamos que sucede fuera de la cara agradable de las calles más o menos bien mantenidas de nuestras capitales, conscientes de una manera silenciosa de que esos rumores que vienen de allá, de las periferias, de los campos, del mundo rural, y de las zonas deprimidas de nuestras propias burbujas fantasiosas [las grandes ciudades] son una realidad, espantosa, y que activamente la validamos con nuestra autoimpuesta negación de ser individuos potencialmente capaces de modificar dicha manera de operar de nuestro estado/sociedad?

Es decir. Está bien, si, es posible vivir una vida digna, nosotros, que tenemos oportunidades. Y si, yo he DESPERDICIADO [¿O no?] la mitad de mi vida preocupándome por cosas que no puedo cambiar. Pero no es mi culpa paralizarme por ser testigo de tanta porquería, y hoy, que volví de la CARCEL, y soy ahora un testigo confirmado y consumado de lo que todos nos decidimos a negar y no querer encarar ¿Debo aceptar ese destino manifiesto desde nuestras infancias, ese camino infalible de la realización profesional que se concreta con un sueldo decente y una familia y demás, que en su conjunto, se constituya gracias al beneplácito de la sociedad por nuestro silencio de principio a fin? Pues, ¡NO! ¿O entonces cual es el siguiente paso? ¿Seguir viviendo así, en una constante auto negación? Y, por otro lado, completando nuestra enfermedad social ¿He de vivir en una aceptación constante de la cultura del odio, esa que nos inculcan con novelas sobre narcos, noticieros amarillistas, programas pretendidamente controversiales que nos llenan de un repudio salvaje contra todo lo que huela a “ilícito” pero que paralelo a eso nos llenan de una fascinación casi fanática por el mundo de lo criminal, si, esta cultura mafiosa, que nos hace adorar la humillación pública de todo aquel que pierda la carrera del “enriquecimiento ilícito”, pero que hipócritamente, tanto admiramos –de una manera subliminal- a la vez, que se nos enseña con un sistema educativo mediocre, torpe, obtuso, inconsistente, inoperante, con un sistema de salud precario, con la ausencia de oportunidades para los menos favorecidos, a odiar, a transpirar odio, a soñar odio, a VIVIR en odio? ¿Mañana debo mirar las noticias y validar el comentario ridículo del personaje de al lado que opine que a ese agente del DAS lo sobrecarguen de toda la culpa y que “ojala le metan 50 años”, a pesar de que se que encerrar a alguien en una cárcel es medio matarlo, es decir, torturarlo continuamente durante todo el presidio, trastornándolo y NO logrando su resocialización [Porque no, yo NO viví un proceso de “resocialización”] y aumentando por un millón su enojo y además, haciéndole correr el riesgo de convertirse en un aficionado al crimen mucho mejor preparado, mucho más consciente de sus capacidades, debo soltar una risotada maldita y decir “si, ojala, el colmo, de cuando acá…”? ¿Se supone que de ahora en adelante salga a votar por el candidato estrella que nos venden los canales de televisión, como el mesías que al final ha llegado para producir el tan anhelado cambio-instantáneo que de un día para otro aparecerá frente a nuestros ojos, ignorando que nadie puede rescatarnos del abismo en el que todos de manera autónoma hemos decidido meternos? Porque, ¡claro!, el va a reconciliar a todas las innumerables facciones de nuestra sociedad llenas de prejuicios y pretextos para matarse entre si, el va a reconciliar al paramilitar con la familia que humillo, masacro y mutilo, el va a reconciliar al guerrillero con el campesino al que le mato su esposa y le robo sus hijos, el va a reconciliar al ladrón con el banquero, al proletario con el capataz, al habitante de la calle con el dueño de la multinacional, si, el va a hacer que los asesinos se den la mano con sus víctimas y con sus victimarios, y que todos, nos tomemos de las manos, y vivamos una nueva edad en la que al fin nos sintamos en paz. ¿De verdad pensamos que eso va a pasar? ¿De verdad creen que ese enojo va a desaparecer, esa insatisfacción, ese hastió, ese repudio contra ustedes mismos, solo porque X es presidente? Yo se que lo saben, entiende que no va a pasar.

Yo no sé si será extraño pensarlo, no sé si es absurdo afirmar que ese cambio no se va a dar. Pero, no voy a poder aceptar vivir en un mundo así, no lo voy a aceptar y no voy a afirmar cosas que se que son mentira, sobre todo, porque la cárcel no se quedo en La Picota, la cárcel, y sus muros, están ahora rodeando cada escenario que me toca pisar, y yo no quiero vivir en una puta cárcel toda mi vida. Me niego a eso, y desde ya lo digo, LAS COSAS NO ESTAN BIEN. Y no solo no están bien, NO VAN A MEJORAR. Y no solo no van a mejorar, SE VAN A PONER PEOR. Y si, ¡Discurso viejo! Blah blah blah, “mamerto”, “bastardo”, “guerrillero”, y demás porquería doctrinal y mediática. Nos han enseñado bien a negarnos la posibilidad de darnos nuestro espacio y de sacudirnos tanta mierda de encima. Por el contrario, la enseñanza es, comérsela, toda, y guardarla, acumularla, y algún día, “dios” no lo quiera, se te puede salir, puedes no aguantar más, puedes estallar, gritar, saltar, correr, ¡Blasfemar! y entonces, vas a salpicar bastante, y puede que causes un incendio, y entonces, así no lo quieras, y así no le causaras daño a nadie y ni aunque siquiera pensaras en no hacerlo, van a venir por ti, y así te quejes que desde pequeño te contaminaron de ODIO y que es injusto ahora reclamarte por tu enojo, y así te parezca que no es justa esta puta cultura que te enferma y que cuando te cansas y empiezas a gritar te calla a los golpes, y entonces, a pesar de eso y de que tal vez recuerdes que leíste esto y que tenias la incertidumbre de que de pronto, se hiciera realidad, así alegues que es absurdo y que esto no tiene sentido y que nada mas al usar un poco de sentido común podría quedar claro que no está bien lo que te quieren hacer, a pesar de todo, entonces, los malditos policías vendrán a tu puerta, los pobres policías, los ingenuos policías, los desafortunados heraldos de una desgracia que heredamos cada generación, y te van a encadenar, y te van a meter en un camión pintado estrafalariamente del verde justiciero, y entonces, vas a agonizar frente a las cámaras, y vas a desear la muerte antes que toda esa salvaje oleada de inmundicia manifestada y perpetrada por demasiada gente a la que no conoces y a la que no le has hecho nada, y vas a languidecer en una celda sin tener ni puta idea de a qué se debe todo eso, de que, está bien, tienes enojo y no entiendes ni siquiera muy bien de qué, pero en tu vida jamás le hiciste nada a nadie, y no causaste ningún daño, y como yo tal vez te preguntes, ¿De dónde sacan que terroristas? ¿Amenazar? ¿A quién putas? Y re dirás, “no he hecho nada”, y como a conmigo, será verdad, NO HEMOS HECHO NADA y te preguntaras ¿Pero que tiene en la cabeza esta gente? Toda mi vida callándome todo lo que se y que de sobra se además que todos entienden que es la realidad de esta cochinada de sociedad, y cuando digo, “Hey esto es una porquería” ¿Entonces soy un terrorista? ¿Y cómo puede ser posible que estén autorizados a inventar historias que ensanchen la supuesta falta, que hagan parecer que todo fue terrible cuando nunca paso nada, como es posible que su trabajo sea pintarme como uno de los peores individuos de la sociedad más corrupta de este planeta? ¿Y cómo olvidar tantas imágenes y tantas agresiones y tanto ruido y tanta ignorancia y tanta basura? ¿Y cómo perdonar a los mentirosos que te acusaron de algo que no hiciste, y como olvidar sus caras y como olvidar que quisieron destruirte por completo? Y he de hacer la salvedad, so pena de volver a la cárcel, NO TENGO LA CAPACIDAD DE MATAR A NADIE, porque no soy COMO USTEDES, que me sentenciaron antes de juzgarme, porque estoy muy lejos de ser como ustedes, y porque no pienso ni me comporto ni soy ni seré como ustedes, NUNCA, NUNCA, y entonces , les pregunto, a ustedes, y a todos, ¿Qué se supone que debe estar bien después de haber vivido y visto toda esto durante demasiados días como para poder olvidarlo y además de encontrarme con que afuera todos nos seguimos matando entre nosotros de muchas maneras diferentes con nuestra decisión de no hacer absolutamente nada frente a todo esto? Porque, ¿De verdad no lo notan? ¿De verdad le creen algo a ese medio corrompido que desde el principio les jugo sucio? ¿De verdad creen que esto que está pasando ahora con la política, tan sorpresivo, se sale de los lineamientos y los planes previstos por quienes mantienen a Colombia como esta, de verdad creen que esto es inaudito a ellos, que pretenden mantener su cómodo statu quo? En mala hora me toco ser portador de este mensaje que me abruma mas a mí que a cualquiera, pero no pienso que nada de esto vaya a cambiar, porque la razón por la que yo fui a la cárcel se esconde detrás de cada rostro indiferente y mediocre que acepta esto activamente con una disposición violenta de odio visceral contra todo lo que su preciado ente gubernamental diga que haya que odiar, ese mismo que lo empuja a admitir su auto negación con un grotesco “derecho a guardar silencio” que, a mi me lo “leyó un policía”, pero que ya lo conocía desde antes, porque desde antes yo y todos los que me rodean, lo han estado utilizando y aun lo hacen, y porque sus tímidas existencias son la razón de toda esta realidad grotesca, porque fui a la cárcel por mi culpa y por culpa de todos, y porque todos los presos están en la cárcel, no porque sean criminales o estén purgando justos castigos, sino por culpa de sí mismos y por culpa de todos en este país, y porque hasta que no abramos los ojos y nos demos cuenta de lo que hacemos todos los días todo el tiempo, hasta que no notemos cuan mal es la manera en la que obramos, cuan mal esta ignorar y hacer a un lado lo que de sobra ya entendemos como cierto pero que preferimos dejar atrás para no sufrir y no luchar por lo peligroso que puede llegar a ser el ser excluido de la muchedumbre que ya acepto ser consumida lentamente por este sistema, hasta que no lo reconozcamos y no aceptemos responsabilidad, no va a cambiar nada, y puede llegar cualquiera arriba, abajo, o a cualquier sitio de nuestra pirámide social, y nada de esto va a cambiar… porque nos hemos convertido en una sociedad esquizofrénica, porque cada individuo es habitado por más de una presencia, y porque aunque sabemos que lo que nos hacen está mal, y nos sentimos llenos de cólera por eso, decidimos no enfrentarlo, y peor aún, decidimos hacernos parte de eso, desarrollar un sentido de pertenencia y de posesividad por ello, que nos empuja luego a defenderlo rabiosamente, como si al insultar a quien sienta una posición sincera, franca y critica frente a todo lo que pasa, estuviéramos intentando calmar un poco nuestra propia reflexión interior, que aunque muy tenue.. Esta allí, y nos dice cuan mal es esta todo esto. No, yo no voy a hacer parte de esto.

No sé, pero a mí me parece, que nada está bien, ni mejorara. Y debo confesarlo, de manera reiterativa y vehemente: NO voy a hacer parte de esto, y no sé qué voy a hacer, pero así no me voy a quedar. [Y aclaro, de nuevo, esto no incluye planes terroristas ni intentos de conformar conspiraciones masivas para asesinar a nadie… y que grotesco tener que aclararlo, y que vergüenza, y que indignidad…]


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