domingo, 25 de enero de 2009

ENERO


en el anochecer de la orquesta
las preguntas se han prendido
de los callados pueblos


Mi Diosa que no ha
dejado el pecado; reir
silenciada entre la gabardina
por la caida del dia anterior.


La sensura del rojo de
mis ojos , a sacado la canción
que me dice que el juego se disfrazó.


La caricia negada
se ha clavado en mi piel ,
y el rosal del invierno
me dejó la almendra
que huele a tu sabor.

En mi mete
retumban los mordiscos
de antes del ayer
Cuando la palabra
besaba mi fetiche
de ser fiel


Y...
mi claro sentimiento de
verte y volar
tras el delirio de crecer .


DEJANDO/CORTANDO

La casa se siente vacía, las palabras de Mía retumban en el espejo cuando sus brazos descendieron por la cama. Su oración ha sido escuchada, no entiende cómo; cuando tenía 6 años su madre la enviaba a la hoguera a vender caricias, sin saber por qué; el por qué de un beso, de las manos de un hombre gordo y sus dedos mal olientes y tiznados de de grasa, rosaban su cuerpo y ella de regreso con dos monedas de 500 pesos. Mientras su hermano menor veía a su madre vender bazuco a sus vecinos sedientos de una muerte dolorosa, hipnotizarte y segura.
Las palabras de su madre agitando su mano para darle la paliza de su vida, cuando el dinero no estaba en la mesa para la cena. “¿Cena? se pregunta muy curiosa ella, si cuando me portaba mal, claro cuando no me dejaba manosear y sabotear de esos gordos imbéciles, no había nada para comer para mí”. La rabia se apodera de sus ojos y recogiéndose el cabello negro que lleva ahora, años después, de separarse de su pasado y de volver a la casa –olleta, donde vivió, su madre aun vive allí, degradada por los miles de kilos de bazuco que su cuerpo ha soportado, doliente de sus penas Ella, esa madre absurda, pegada a sus santos que le quedaron mal, la mira moribunda y le suplica por una caricia de afecto.-“no tengo tiempo ¿mamá? No tengo dinero, así que... mmm... sorry, debo marcharme ya”. Tal vez debería perdonar, pero su incestuosa rabia no se lo permite, creyó que viendo a su madre infestada de enfermedad, gatos y pobreza, se conmovería y le perdonaría. Pero fue más fuerte su rabia, recordar su cuerpo maltratado, su infancia contaminada, sobre estimulada y olvidada de juegos. Recordó sus muñecas rotas y rayadas, su ropa ensangrentada y su rostro pálido y suplicante por una noche temprano en su cama. Pero; su día empezaba en la escuela las 7 am y terminaba en la hoguera a las 12 am.
Resolviendo los pecados de su vida, ahora; es una mujer que busca besos sin sexo, demonios sin palabras y noches santas. Los pobres se sientan en la casa, y ella; volteando y coqueteando la mirada, levantando su hombro; buscando el orgulloso tipo que se sienta perdido en sus sonrisas mediocres.
Sin conocer el amor, buscando en marzo a su hijo no fecundado; suplicándole al rencor que no se aleje de su cama, mirando a su madre con odio, perdida entre el bazuco y su olorosa enfermedad, prometiéndose un amanecer y tomando la almohada para presionarla sobre el rostro de su madre mal herido.
Recordando que antes de rendirse, el viaje había empezado-¿Cómo estas?- La disculpa se ha presentado en una mujer conocí hace años, cuando en mi silla tejía mi nombre en un chal cuando encontraba en el suelo tierra y marfil. Su madre esta en el adiós donde 20 años doblegó y perdida en el gris, inventando razones para poderse perdonar.

miércoles, 21 de enero de 2009

EMPEZÓ EL MAÑANA

La celda esta vacía, las arañas están caminando hacia atras en el velo dormido de los tentáculos de tus huesos. Pasar tras la borda del barco, buscar los meses negados, besar el fruto de tu verso y calmar mi soledad. Encontré el bordado perfecto para tu fuerza mundana, borraste la sombra de mi cama, en la esquina de tu cuerpo. Y yo; tras mutar tu desaliento; anémica, rompí mi llanto y me canse de sofocar.
Hoy tengo conmigo un silencio que narrar, soy un millón de ellos.Muertos; que seducen mi andar, mi cintura atada a su recuerdo, pensamiento callejero y sin piedad, clemencia a mis sueños y un poco de mi realidad. Voy a buscar esta noche en mi buzón, para encontrar la oscura ironía de un rayo quedado acá.

El mundo es demasiado grande para caminar en el mismo metro cuadrado siempre, he pensado mucho en ello últimamente; me siento zombi y no es casualidad ... Callar mientras la sangre de tantos niños, pasa y a veces sin importar; escuchar a Nayeli,Leonardo, cuando han Violado su dignidad, encerrándome en una cárcel de pesadillas, lamentos; sólo ha abierto mi necesidad de dopamina y mi falta de oportunidad.
No espero la seducción del fracaso y no soporto las ganas de inundar mi cabeza en la tina de alguièn más.Ingiero nicotina sabor a chocolate para seducir con su dulce amargo mis ganas de correr; en los días atravesados por el desierto, he pensado ser la palabra certera en el momento injusto y continuar con mi delirio de crecer bajo las ruinas de una Grecia agobiada por la música que aflora mis sentidos.
Dejar la caña y el té amargo, dejar la piel del Valle y la flor; la intensa mirada y clavar en mi ombligo a la seducción del olvido. De quien fui y quien murió para encontrar su realidad y re-comenzar. Siendo la partera de mi misma; agendando mi recuerdo y dejando el plus de mis botas; subiendo a lo más profundo de mi ego, sin el fracaso profundo de la mediocridad de no ser el pecado de mi imperfeccion en el hecho.

總您

jueves, 8 de enero de 2009

ANTES DEL FINAL (2)

Cada vez se funden más los pétalos distantes en el desierto; invade mi delirio de crecer, y mi cuerpo a veces suplicando; se pierde en la oscuridad de un pequeño comienzo. Y calmando mi sed se encuentra mi muerte, extraña y floreada, sin ánimos de comenzar. Sin bondad en el tiempo, no temo el olvido, no intento comenzar. ¡Ahora no!

Esta mañana desperté sin gana alguna de fracasar, con el recuerdo de Sofía y su espejo casi mortal; plegarias de domingo, causa de rezos.Para dar su mirada a la nada del llanto que acompaña cada remiendo a su cuerpo, que parece hecho de un trapo gris y marrón.
Mañana será inundada mi pesadilla y al terminar; será sellado el segundo, que ata mi sexo a su cuerpo; donde tras muchas mutaciones se toma mi silencio, y se ahoga en mi piel; él sobre el boton de mi blusa rosa y de velo carmín , se quedó dormido después de besar mi cuello el domingo atras del jarrón;Mientras yo encontraba para mi, una familia de versos absurdos, para no pensar en lo que ha desterrado su copa de champagne, él, amante de mi noche y delirante en mi diá. En la madrugada va; en busca de la hielera para sanar el caluroso invierno de su costado banal. Cirugía de pasos para callar la cristalina alberca de su palabra, donde; entre duraznos y seda han volado los minutos que cantan el final de las múltiples venganzas de la piedad de los dioses que se esmeran por llegar. A veces la película se rebobina y la letra se mancha de tanta sed que siente, Trás la cortina de humo los sueños se despojan de alegrijes entre los versos de su gloria.

Sólo sé; que me gusta el café con tres cubos de azúcar, espumoso y a veces con un poco de tequila, para asediar mis ganas de adormecer mis sentidos, entre el amargo dulce de la ironía y el balcón de su temor. Sola; sueño, entre la avenida 6, caminando por las mismas calles de olor a melancolía y alcoholes sucios, invadidos por mariposas negras encontrar una frase de aliento entre los dos; amantes negados por su traicionado pensamiento.
Estuve leyendo a Andrés;nuevamente, su recorrido por esa Cali centellante y destructiva, empantanada de sueños y salsa que me permite conocer la existencia de mi conversión, anhelando la infección matutina de cada trancón en la calle 5. Anunciando mis días para penetrar el calor de los sentidos. “Uno debe tener un límite de días hasta donde se pueda volver atrás y empezar a comerse los días perdidos, para terminar con una deuda de mil y de allí en adelante vivirlos completos.”Andrés Caicedo. Vivirlos completos, uniendo los pulgares para desenterrar el futuro, convertido en recuerdo para poder perdonar los errores marchitos de tanto perpetuar la unión perfecta entre la parodia y su vida.

miércoles, 7 de enero de 2009

ALAS

en el tiempo;
se asoma el pequeño silencio, que;
entre sus doradas canas
intenta engañar su suerte.

Los bordados de su traje
inspiran a la muerte,
de su frágil destino.

Entre el nacimiento de su gloria;
las lágrimas se han congelado,
postrado ante la loma virginal
de pecados rosas,

Su generación continuó,
besando el capítulo
de lo que lamentó,

un día de otoño,
en sus finos pies.

Arrodillándose frente al sol,
Su verdad se reveló
“entre la ventana y la puerta,
las mariposas volaron sin cesar”.

Calmando el pecho,
de lo que el amor, le dejó…
Tan enamorado estuvo de su sombra,
que al final ella se marchó .

Y sin embargo,
se quedó besando el único recuerdo
que frente a su cama conservó;
-un ala, ala de ángel-

Cada mañana desprende una pluma
con la cual acaricia sus ojos para sentir ,
la dulce piel de vino tinto ,
que ella conserva en el funeral del día.

FLORES PARA SOFIA


Cuando entré al cuarto después de salir del baño, y haber lamentado la triste apuesta de un viernes trece, me dispuse a buscar a Érica. Mi hermana,  de 15 años. Ella había estado planeando toda una velada para verse con el mansito de la esquina. Si, si, ese que se cree muy guapo. Así , que fui a buscarla gritándole -“llego Andrés”-, cuando entré al cuarto solo vi las uñas pintadas de rojo de sus  pies . Trago entero y al mirar de nuevo veo girar sus piernas enredadas en una sábana blanca, que se sostenía del cuello ya morado de ella. Grite muy fuerte,- Érica, Érica, se mató-, mi madre me grita desde la cocina, -cállese, no diga bobadas-. Entonces cierro mis ojos y dudo de lo que vi. Regreso al cuarto y fijo mi mirada al rostro pálido de mi hermana, colgada del cuello muy cerca del techo entre telas y bordados, en silencio y morbo. En ese minuto corrí tras mi padre y le dije -mi hermana se mató-. Al ver que nadie escuchaba mis palabras, corrí por la casa y en silencio mi voz, pero; mi pensamiento se sofocaba de pesadillas sin final, sentí mucho miedo y sin fijarme corrí de frente topándome con la ventana; caí al jardín, sentía los vidrios de la ventana, en mi cuerpo cicatrizando mis brazos, mi rostro y mis sentidos.

Después, tán sólo; me vi en la clínica recordando aquella mañana del viernes, cuando con ella, nos preguntábamos, -¿quién morirá primero?- así que de decidimos apostar a que una noche cualquiera una de las dos se mataría. Apuesta muy perversa, lo sé; yo era la hermana mayor y siempre estuve celosa de los privilegios de ella por ser la chica tierna de los sueños de papá. Yo era lo oscuro, lo extraño del lado secreto de los demonios de mi familia. Supongo entonces; que obligue a mi hermana a apretar la sabana a su cuello. Dejándose caer entre sus temores y su valentía, desafiando la muerte y la agonía.

Desde esa noche juego a despojar mi cuerpo de lugar alguno, bebo un trago de alquitrán en las mañanas, seduzco a los hombres con olor a tabaco, para encontrar un poco de vida en cada beso pagado.
Pero; hoy, bese en el alma al crepúsculo sediento, y El, tan bondadoso conmigo, me regaló un momento, prometiéndome una vida sin pagos y una cama limpia para las mañanas. Decido entonces marcharme con él, escondida en la cajuela, entre cocaína y un poco mas de muertes en los brazos. Empuñando mí brazo hacia mi tatuaje sereno, que me brinda calma y un poco de sentido. En el cuarto del hotel, se ha bañado en sangre, robando la vida del vecino del frente, quien no quiso pagar el cigarro de la noche.

Ahora; soy tan sólo el recuerdo, de lo que en la mañana me dejó un puñal en la espalda por su falta de piedad, mi sangre corrió por su alfombra y mi piel en el espejo quedo, un corte en mi brazo de tanto mirar el rostro de aquella niña que un día, una apuesta absurda jugó. Un trozo de espejo en mi castigo se convirtió, cortando cada brazo, cada palabra y en puñal él se convirtió, asesinando mi cuerpo, permitiéndome encontrar a Érica danzando en la alegría , porque el castigo al fin me llegó.